El agradecimiento fue una de las reglas que el fundador del Reiki, Mikao Usui, estableció para sus seguidores.
Dar
las gracias de forma totalmente sincera es uno de los actos más
poderosos que existen. No sólo a aquellas personas que nos apoyan,
ayudan o nos regalan su compañía en un momento dado, sino el vivir
constantemente desde el agradecimiento, mantenernos en él. Agradecer
internamente por la vida, por nuestro cuerpo, nuestra salud o nuestra
enfermedad (que seguro supone un impulso, una llamada al cambio y la
evolución en nuestra vida), porque podemos pensar, sentir y tener
sensaciones, por nuestro origen, nuestra familia, nuestra educación,
personalidad y experiencias, que nos hace ser quienes somos, únicos
y maravillosos, por nuestra pareja, amigos, nuestra casa, nuestro
trabajo y nuestra vida..
El
agradecimiento calma a la mente, las emociones y el corazón, y
provoca una vivencia de conciencia. Es un sentimiento que surge de
nuestro cuarto chakra, y que supone una vibración muy elevada, y una
de las más sutiles e infinitas que existen. Agradecer nos impulsa a
la unión, a la evolución.
A
nivel físico, en nuestro cuerpo, el agradecimiento empieza en
nuestro cuarto chakra, y por tanto en nuestro corazón y nuestra
glándula timo. Al entrar en el corazón, provoca un flujo energético
que impacta sobre el núcleo celular de las neuronas cardiacas y en
su ADN. El corazón empieza a trabajar mejor. La sangre que es
impulsada desde el corazón hacia todas las células de nuestro
cuerpo lleva este mensaje, provocando una disminución de la síntesis
de noradrenalina y las otras hormonas del estrés, y un aumento de
los neurotransmisores derivados del GABA y el triptófano
(serotonina), que son los que nos dan tranquilidad y placer. La
glándula timo, directora de nuestro sistema defensivo, da la orden
de fabricación de células inmunológicas de alta calidad,
eficientes, y además, de que el flujo por el torrente sanguíneo se
produzca en equilibrio. En situaciones de estrés y ansiedad, el
sistema defensivo circula a mayor velocidad y más caóticamente, lo
cual provoca que se produzcan más fallos de producción y
fabricación en las células inmunológicas (glóbulos blancos), que
actuarán peor, con menor eficacia, y además, que se organice peor.
Con
todo, mantener sentimientos de agradecimiento nos ayuda a sentirnos
más serenos, y a estar más sanos, ya que será más difícil que
nos enfermemos con un sistema inmunológico eficiente, sano y
armonioso, y además que curemos aquellas afecciones y enfermedades
establecidas en nuestro cuerpo.
Agradeced cada día
por la mañana y por la noche: os ayudará a mantener una sonrisa
serena y a mirar la parte positiva de todas las cosas. Brillaréis y
os sentiréis vulnerables, valientes y triunfadores.
¡GRACIAS
A TODOS, POR EXISTIR!
Por BELEN MOLINER
Licenciada en Medicina y cirugía (por la Universidad de Valencia)
Especialista en daño cerebral
Master en Psicobiologia y neurociencia congnitiva
Reiki I
Terapeuta Collage Unificador
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