LOS CHAKRAS EN NUESTRO CUERPO (3ª
parte): QUINTO
CHAKRA.
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Seguimos
en este post, queridos amigos, con nuestro paseo y conocimiento de los chakras.
Hablaremos del quinto chakra.
El
quinto chakra, llamado chakra laríngeo, se ubica, como su nombre indica, a
nivel de la laringe, de la garganta. En concreto podemos sentirlo a nivel del
hueco superior del esternón, en la horquilla supraesternal (que se hizo muy
famosa en la película de “El paciente inglés”, como seguramente recordaréis)
justo en el huequecito que queda en medio de ambas clavículas, en la parte más
alta del esternón.
El quinto chakra está conectado
con el órgano de la laringe y con la glándula del tiroides. Es el chakra de la
EXPRESIÓN, de aquello que nos expresamos a nosotros mismos, y de lo que expresamos
a los demás, al mundo y al Universo.
Es el tercer oído, el que escucha nuestra voz interna.
La laringe forma parte del sistema
respiratorio y tiene dos funciones fundamentales: la respiración (permitir que
el aire llegue a los pulmones), y la fonación (el habla, la voz). Por esto
mismo este chakra tiene que ver mucho con aquello que decimos, y con aquello que
no decimos y deberíamos decir. Con lo que expresamos, ya que no solamente
expresamos con el habla, sino también con nuestros gestos, actitudes y
acciones.
Es
el chakra que expresa nuestra propia verdad. En la cultura hindú también se le
llama el “tercer oído”, ya que es el responsable de la autoescucha interna. Por
eso mismo, suele entrar en desarmonía cuando decimos y afirmamos algo que
internamente no nos resuena, o no tiene que ver con nosotros; o cuando, al
contrario, criticamos, rechazamos y hablamos contra algo que tiene que ver con
nosotros mismos. Cuando cotilleamos o criticamos de manera destructiva.
Cuando
no vivimos en coherencia, y pensamos, sentimos y expresamos cosas diferentes,
contradictorias, porque estamos enviando dos vibraciones diferentes: una, la
que llega a nuestro segundo o tercer chakra con nuestras emociones o
sensaciones; que normalmente se traduce en un sentimiento en nuestro cuarto
chakra, y otra vibración la que recibe el quinto chakra con aquello que
expresamos, que decimos. Por ejemplo, imaginemos que nos sentimos reprimidos en
alguna circunstancia de nuestra vida, con nuestro trabajo, en casa, con la pareja,
con nuestros hijos, con nuestros padres.. pero que sentimos que no podemos
expresarlo, por miedo, por orgullo, por alguna herida o creencia (“me
despedirán, me dejarán, no me van a entender”, etc).. El mensaje que reciben
nuestros chakras segundo, tercero y cuarto es de frustración, de rabia,
tristeza.. Nuestro quinto chakra, que no expresa nada de esto, empezará a
vibrar de manera más densa y lenta, ya que está bloqueado. Esto se traducirá en
enfermedades como laringitis, afonía (quedarse sin voz) o disfonía (voz ronca,
o con “gallos”), y en casos más extremos, pólipos en las cuerdas vocales, o
tumores y cánceres de laringe.
Asimismo,
imaginemos el caso contrario, en que estemos expresando de manera grosera (con
gritos, insultos, odio, rabia, dolor, daño) las cosas.. Probablemente, nuestro
quinto chakra desarrolle estas mismas enfermedades (afonía, cánceres,
laringitis, etc), porque la vibración a la se somete es caótica e inarmónica.
La
glándula asociada a este chakra, es la tiroides. La tiroides normalmente no
debe “verse”, ni adivinarse a través de la piel. En algunas personas, se hace
más grande, y sobresale, pudiendo adivinarse una especie de “collarín” en la
parte más baja del cuello. Se llama bocio. La tiroides en la directora de
orquesta de nuestro metabolismo celular. El metabolismo sería como el “ritmo”,
más alto o más bajo, al que las células de todo el cuerpo funcionan, trabajan. Sus
hormonas, actúan sobre todas las células del cuerpo, influyéndolas. Sin
hormonas tiroideas no se puede vivir. Son las responsable de que algunas
personas estén muy delgadas o por el contrario muy gorditas, del ritmo al que
se hace la digestión, del ritmo al que se respira.. Influyen en el pulso
cardiaco, en las funciones del sistema nervioso autónomo y central, en los
biorritmos.
Cuando
no expresamos nuestra propia verdad, aquello que somos, o bien cuando vivimos
en disonancia con nosotros mismos, una vida que no queremos, el tiroides
empieza a producir menos cantidad de hormonas. Al poco tiempo, se hipertrofia,
esto es, se hace más grande, para intentar compensar (bocio), porque todo el
cuerpo sigue pidiendo la misma cantidad de hormonas. Dura un tiempo así, hasta
que ya no puede producir la cantidad de hormonas solicitada, a pesar del
aumento de tamaño. Es entonces cuando empiezan a aparecer los síntomas del
hipotiroidismo, como son somnolencia y cansancio crónico, palpitaciones,
sobrepeso, pérdida del apetito y de la libido, sensación de fatiga mental, de
que “cuesta más pensar con claridad”, etc..
El
hipertiroidismo es una enfermedad mucho menos habitual, aunque a veces también
se manifiesta. Suele presentarse con una cantidad excesiva de hormonas en el
organismo, fruto de nódulos o tumores benignos en la glándulas, que podrían
derivar en cáncer, en último término. Aparece al rechazar nuestra vida, a
nosotros mismos, al no aceptarnos, al expresar rechazo, odio, rabia y malestar
contra nosotros mismos, quizá porque no nos vemos capaces de cambiar las cosas,
o porque nos sentimos incapaces de hacerlo.
Nuestro quinto chakra vibra en
armonía cuando descubrimos nuestro proyecto de vida y vivimos en función de él.
Cuando somos coherentes con él, con nosotros mismos. Cuando descubrimos
nuestras pasiones y las expresamos, y las vivimos. Cuando vivimos la vida que
refleja nuestra esencia, y cuando nuestras palabras y nuestros actos expresan
lo que somos, nuestro corazón, nuestro Ser.
Por BELEN MOLINER
Licenciada en Medicina y cirugía (por la Universidad de Valencia)
Especialista en daño cerebral
Master en Psicobiologia y neurociencia congnitiva
Reiki I
Terapeuta Collage Unificador
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