miércoles, 20 de mayo de 2015

LOS CHAKRAS EN NUESTRO CUERPO (4ta parte)


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Hoy nuestra querida amiga y colaboradora Belén Moliner, nos comparte su conocimiento y experiencia hablándonos del sexto chakra.
Precioso artículo disfrútalo.

LOS CHAKRAS EN NUESTRO CUERPO (4ª parte).
SEXTO CHAKRA (AGNA).

El sexto chakra, se encuentra ubicado justo en el centro de la frente. Está relacionado con el órgano del cerebro y con la glándula pineal.

Así, ya sabemos que el cerebro es uno de los órganos más versátiles y polifacéticos de nuestro cuerpo. Controla nuestras funciones vitales (respiración y ritmo cardiaco, circulación, temperatura corporal), nuestras funciones de relación con el mundo (sentidos), movimiento (función motriz) y sensibilidad, y nuestras funciones cognitivas. Asimismo, es el órgano en donde se encuentra el inconsciente, que conforma nuestra personalidad (conjunto de actitudes, pensamientos, sentimientos y repertorio conductual, que nos define a cada persona, como única) y nuestro mundo emocional. Actualmente se reconoce que el inconsciente dirige un 90-95 % de nuestra conducta.
La glándula que corresponde al sexto chakra, es la glándula pineal. Esta glándula en el cuerpo se dedica a marcar el ritmo sueño-vigilia, porque está formada por neuronas sensibles a la luz (fotoneuronas). Es la responsable de que por la noche el cerebro ponga en marcha los mecanismos del sueño (hormonales, bioquímicos), y que todas las células del cuerpo reciban el mensaje de “sueño”. Antiguamente nuestros ancestros se despertaban con las primeras luces. Éstas son las que capta la glándula pineal, para llevar al cerebro a lanzar los neurotransmisores y hormonas necesarias para despertar.
A la glándula pineal también se le llama el “tercer ojo”, responsable de la toma de conciencia. Así como el cerebro se encarga desde que somos bebés y luego niños y adolescentes de tomar conciencia del mundo externo, y a identificarnos como seres independientes del resto, y a la vez de aprender a responder ante él, la glándula pineal hace lo mismo con nuestro ser. Toma conciencia de quiénes somos en el Universo, con respecto a Él, y en Él, de nuestra misión y nuestros proyectos. También es la puerta a otras dimensiones extrasensoriales, y la glándula responsable de la clarividencia, la clariaudiencia y la intuición. El cerebro nos capta “separados” del resto. La glándula pineal, nos concientiza en unidad.

Este chakra está afectado fundamentalmente por los pensamientos, las creencias y la mentalidad que manejamos. Pensamientos, frases y una mentalidad positiva, y de alta vibración, permitirán que el chakra vibre de manera armoniosa. Incluso cuantos menos pensamientos tengamos, más oportunidad tendrá la glándula pineal de manifestarse. Por ejemplo, seguramente durante alguna meditación en la que nuestra mente esté aquietada, se nos aparezcan imágenes, colores, frases, etc..
Si los pensamientos que manejamos tienen que ver con vibraciones más densas (interés personal, morbo, engaños, traiciones), la frecuencia que entrará al chakra será caótica y desestructurada. Incluso las personas demasiado mentales y controladoras, con inquietud mental, muy “pensadoras”, que necesitan tener una explicación y un pensamiento para todo, y que suelen ser poco flexibles, rígidos, provocan la entrada de una energía más densa, menos luminosa. Las enfermedades más comunes que se desarrollan con el tiempo en este chakra son cefaleas y migrañas, y más gravemente, ictus (infartos cerebrales, y hemorragias) y tumores.
Otra de las enfermedades más prevalentes en el mundo occidental actualmente, la demencia, provoca una pérdida de las capacidades cognitivas y una alteración cognitivo-conductual a edades tempranas, y una pérdida de la funcionalidad de la persona.
El sexto chakra, el “tercer ojo”, es el responsable de tomar conciencia, de “vernos”, de ver y reconocer nuestra propia realidad.
Esta enfermedad es muy típica en las personas que no quieren ver la realidad, enfrentarse a su propia realidad, y por eso “huyen” de ella. Uno de los miedos matriz que acompaña a la humanidad desde su existencia como especie es la creencia de no ser capaz de gestionar su propia realidad. Por eso, ante situaciones adversas, o bien podemos mirarlas cara a cara, reconocerlas y hacerles frente, o bien darles la espalda y huir.. Si esto lo mantenemos durante un periodo largo, se convierte en enfermedad.
Decidir querer conocerse, y tomar conciencia de lo que somos, con nuestra naturaleza humana y divina, y empezar a vivir de acuerdo con ello, implica muchas veces un “despertar” que asusta a muchas personas.

Date la oportunidad de despertar, de empezar a vivir de verdad tu propia realidad.

Por BELEN MOLINER
Licenciada en Medicina y cirugía (por la  Universidad de Valencia)
Especialista en daño cerebral
Master en Psicobiologia y neurociencia congnitiva
Reiki I
Terapeuta Collage Unificador

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